Rica en nutrientes y antioxidantes, se la conoce como el “árbol de la vida”.
Se han demostrado los efectos protectores y curativos de la moringa en el hígado, ya que acelera su recuperación en caso de enfermedades, sobrecarga de medicamentos o alcohol.
Estudios científicos han demostrado también su capacidad para reducir los niveles de azúcar en sangre. Las hojas de moringa en polvo son también ricas en fibra y proteínas, lo que ayuda a mantener la masa muscular.
Se consume en forma de polvo, cápsulas o pastillas. La moringa puede ser utilizada en repostería casera, panes, zumos, sopas, batidos, etc.
También puedes espolvorearlo sobre ensaladas, verduras al horno o en un plato de pasta.
Se usa con éxito en la prevención de la aparición de canas prematuras, gracias a su contenido en cobre, un nutriente imprescindible para mantener la pigmentación adecuada del cabello y la piel.
También se utiliza como fortificante alimentario en países en desarrollo gracias a su alto contenido en nutrientes y antioxidantes, por lo que se añade a las papillas y sopas infantiles para prevenir la desnutrición.
