El guaraná es rico en guaranina y otros alcaloides como teobromina o telofilina.
Gracias a estos componentes, tiene un efecto naturalmente energizante y antifatiga.
Además, contiene numerosos antioxidantes, puede frenar los procesos de envejecimiento, y protege el sistema cardiovascular.
La parte de la fruta del guaraná que se utiliza son las semillas y para poder aprovechar sus propiedades, estas se secan, tuestan y pulverizan.
Suelen añadirse a las bebidas energizantes o se preparan como una infusión.
Cuenta una leyenda de la Amazonia, que los frutos con forma de ojos procedentes de esta liana trepadora nacieron de los ojos de un niño gracias a una divinidad:
“En los márgenes del río Maúes vivía una pareja muy virtuosa cuyo único hijo tenía el don de curar a los enfermos. Un día, Yarupary, el espíritu del mal, mató al joven.
Sus padres invocaron al dios Tupá para que le devolviera a su hijo y éste les dijo que debían plantar los ojos del niño. Los padres obedecieron y de los ojos enterrados brotó una planta sagrada que daría alimento y curaría los males y dolencias de su poblado.
Llamaron a esta planta Guaraná”.
