El día a día es cada vez más estresante: trabajo, alimentación, responsabilidades varias, mantenerse en forma, descansar… Sin duda, muchas veces necesitamos más de 24 horas diarias. El mindfulness puede cambiar tu vida como una forma de ayudarte a estar centrado y a llevar un mejor estilo de vida a través de la meditación.
Hoy charlamos con Santiago Orea, fundador del proyecto Bemindfulyoga, que lo dejó todo hace más de 10 años para desarrollar su propio proyecto personal y ayudar a otros a llevar un estilo de vida más saludable desde su rincón de paz entre huertas en Cullera (Valencia). Allí vive y practica cada día, ofreciendo el espacio a personas que, o bien quieren profundizar, o simplemente buscan empezar a tomar contacto con la meditación y el yoga, sin importar el nivel previo de experiencia, adaptando la práctica a las necesidades reales de cada persona.
PREGUNTA: Santiago, ¿cómo ha nacido el proyecto Bemindfulyoga?
RESPUESTA: Este proyecto comienza 20 años atrás cuando tomé la decisión más importante de mi vida: “quiero ser feliz”. En aquel momento, a punto de ser padre, era una persona muy negativa, emocionalmente tóxica y terriblemente cabreado con todo el mundo. Estaba muy cargado de tensiones, angustias, miedos profundos y exacerbados, multitud de hábitos poco saludables y una muy deficiente o casi nula gestión emocional.
Me di cuenta que todo eso lo iba a acabar proyectando en mis hijos, me dio auténtico terror y ese pavor fue el que me dio la fuerza para hacer un gran clic interno en el que realmente sentí el poder de esa decisión e intención. Algo cambió para siempre.
Desde ahí, hasta ahora, fui pasando por muchos y diferentes procesos de toma de conciencia, tuve algunas experiencias reveladoras que me llevaron a tomar decisiones importantes, entre ellas dejar el próspero negocio que tenía en ese momento y la vida acomodada que llevaba.
Después del primer retiro de Meditación Vipassana, por primera vez en mi vida me pregunté, ¿qué es lo que quiero hacer? ¿Qué es lo que realmente me gustaría hacer en este momento de mi vida? La respuesta fue vivir en el campo y terminé por dejar el resto de vínculos que me ataban a mi antigua vida (salvo estar con mis hijos) para empezar un periodo de voluntariado y vida nómada de tres años.
Fue en ese momento de voluntariado en un centro en el que estuve nueve meses cuando decidí que quería vivir así el resto de mi vida. Era el año 2012 y desde ese momento hasta que nació Bemindfulyoga como centro de retiros en 2018, estuve en un periodo de constante aprendizaje y crecimiento de habilidades que nunca había pensado que pudiera hacer.
Utilizando herramientas que me han sido útiles como la meditación, yoga, baños de sonido, yoga nidra, cuencos tibetanos, instrumentos ancestrales, la voz… ofrezco la posibilidad real de compartir otra forma de vivir, de poder introducir pequeños cambios en el ritmo de vida de las personas que vienen para que lo que aquí ven, sienten y viven lo puedan trasladar a lo cotidiano, donde realmente es más necesario.
Es apasionante ver cómo en pequeños espacios de tiempo, de tres a cinco días, las personas que vienen entran de una manera (saturadas, cargadas, tristes, nerviosas, asustadas) y cómo al salir casi siempre han podido transformar todos esos estados de ánimo en quietud, paz, bienestar, serenidad, atención y corazón plenos.
En resumen, cuando tomé la decisión correcta en mi vida, todo empezó a ponerse en mi camino, siempre como oportunidades, aunque no siempre cómodas ni placenteras. Como me dijo un buen amigo y maestro “la felicidad no es un derecho, es un trabajo” y cada día requiere de tu esfuerzo y compromiso o se muere, como cualquier flor. Definitivamente, el mindfulness puede cambiar tu vida.
P: ¿En qué consiste el movimiento de mindfulness?
R: Mindfulness es una maravillosa palabra norteamericana para redefinir y adaptar a nuestro estilo de vida algo tan antiguo como la meditación (esta es la definición que a mí me gusta dar).
Mindfulness se traduce como mente o atención plena y eso es de lo que trata la meditación, aunque no sólo de eso. Los norteamericanos se dieron cuenta de que la meditación y la vida contemplativa tenían muchísimos beneficios que hoy en día la ciencia corrobora.
También se dieron cuenta de que, con el loco y desenfrenado ritmo de vida occidental, era muy difícil encajar la meditación contemplativa. De esta manera vieron que necesitaban adaptarla y hacerla atractiva para las personas a las que les es muy difícil parar, estar quietas y no hacer nada. Esa maravillosa adaptación la llamaron Mindfulness.
Sin embargo, y tal como su nombre indica, no es más que enfocar a la mente en algo concreto, presente en este momento. Actualmente hay un nuevo giro a todo esto sin dejar de utilizar la mente ni estigmatizarla, pero para ponerla el servicio del corazón y darle protagonismo a lo que realmente es más importante en cada uno de todos nosotros: anclarnos y vivir en y desde el corazón. Es lo que se está llamando como “Heartfulness”. Dejar de tener una mente plena, por muy presente y consciente que sea, para conscientemente decidir tener un corazón pleno y crear de ello una forma de relacionarse con todo y con todos.
P: Se habla mucho de los beneficios de la meditación y el yoga para la salud físico-mental. ¿Cuáles son estos beneficios más destacados según tu experiencia?
R: Creo que podría estar varias semanas hablando de estos beneficios, pero comentaré lo que me ha aportado a mí en mi camino y experiencia personal.
En un aspecto puramente físico, han sanado mi cuerpo de dolor. No recuerdo un día sin dolor o molestias, debido a problemas de salud, hasta pasados los 30 años que empecé a cuidarme físicamente. Con esta edad colapsé físicamente por el dolor, no podía hacer nada, incluso me planteé muy seriamente solicitar un grado de discapacidad. En ese momento decidí “ser feliz” y empecé a tomar las riendas de mi vida en lugar de seguir dejando que otros decidieran con buenos consejos e intenciones lo que era mejor para mí.
Actualmente llevo una vida absolutamente normal sin ninguna limitación ni para el trabajo ni para el ejercicio físico. En un aspecto más sutil de ese bienestar físico no recuerdo la última vez que estuve enfermo. Mi sistema inmune está muy afinado y fuerte, hasta el punto de que no solo no me enfermo de las cosas que antes sí lo hacía, sino que además veo que no me afectan ciertas infecciones o enfermedades que por ejemplo a mi entorno familiar sí.
En otros aspectos como el emocional, ahora soy capaz de gestionar mis emociones a un nivel que nunca creí poder hacer y mantenerme centrado en situaciones muy difíciles, cuando todo se tambalea y cae a mi alrededor. Me siento libre de mis viejos patrones mentales que me hacían generar pensamientos y emociones tóxicas. No han desparecido, es solo que he aprendido a no hacerles tanto caso.
Eso me ha liberado también de mis comportamientos adictivos, del miedo o más bien de la parálisis que me producía el miedo. A día de hoy siento que estoy en el mejor momento en todos los aspectos de mi vida, llevo sintiendo eso desde años y cada año me siento mejor. De hecho, siento que lo mejor está aún por llegar.
P: ¿Podrías hablarnos de la idea “mindful eating”?
R: Soy comedor compulsivo. Este patrón sigue presente en mí esperando a que baje la guardia para colarse. En realidad, suelo comer muy lentamente. En un restaurante chino, hace casi 30 años, jugando con los palillos me di cuenta de que no podía comer ni grandes cantidades ni demasiado rápido. De hecho, no podía comer porque se me caía casi todo, así que decidí que comer con palillos era para mí. Este puede ser un buen truco para alguien que coma rápido y desee empezar a modificar ese patrón. Otro truco es dejar los cubiertos en el plato cada vez que te llevas comida a la boca, de manera que al hacerlo rompes la tendencia a meter más comida sin haber masticado el anterior bocado.
Hipócrates, el padre de la medicina moderna, dijo: “haz de la comida tu medicina”, y esto sería la base del “mindful eating”. No es solo lo que comes, si es sano o no, es también cómo lo comes, si realmente prestas atención al proceso alimenticio en su totalidad o simplemente engulles rica comida para llenar la panza.
Comer despacio favorece perder peso y ayuda a la digestión. Poner atención en el proceso de masticar, saborear, salivar, tragar, en cuánta cantidad de comida me acerco e introduzco en la boca, no solo me ayudó a reducir peso al sentir mucho mejor la sensación de saciedad, también a regular mis diferentes trastornos digestivos, a eliminar completamente los antiácidos, protectores estomacales y demás medicamentos que tomaba.
Por otro lado, está también lo que comemos. Los alimentos procesados están muy ricos y son muy cómodos, pero son la causa de múltiples trastornos y enfermedades como el sobrepeso, gastritis o acidosis. Una dieta basada en alimentos lo más naturales posibles, locales y de temporada te asegura tener todos los nutrientes necesarios. Hoy en día es más sencillo encontrar grupos de consumidores que compran directamente al agricultor, con lo que todos ganan: unos en calidad y todos en cuanto al precio al poder comprar más barato sin que ello signifique que el agricultor esté mal pagado.
Sin embargo, no estoy diciendo que la dieta vegetariana o vegana sean sanas y saludables por sí mismas. Insisto en que es la dieta basada en alimentos lo más naturales posibles, locales y de temporada lo que te asegura tener todos los nutrientes necesarios con una buena y sabia combinación de la enorme variedad de alimentos y formas de cocinarlos.
Además, está el tema de los llamados superalimentos, entendiendo los mismos no como panaceas, sino como aportes extra de nutrientes supernecesarios. De ahí, a mi entender, lo de superalimentos.
Desde mi experiencia, es la suma de todos estos puntos los que hacen que mi sistema inmune esté realmente fuerte y capacitado para evitar infecciones que a otros si afectan. Sería la suma de un ejercicio físico, en mi caso los asanas de yoga, más una eficiente gestión emocional también gracias al yoga y la meditación, más una alimentación sana, equilibrada y consciente.
P: Dentro de la dieta vegana que sigues, ¿cuáles son tus superalimentos preferidos?
R: Tengo muchos superalimentos preferidos. Utilizo diariamente la cúrcuma junto con pimienta negra que se potencian; algas variadas como espirulina, clorela, dulse, wakame, hiziki, kombu, agar y algunas otras más. ¡La canela es un imprescindible para mí! El jengibre, el kale, la remolacha, la chía, el lino, sésamos de diferentes colores (blanco, negro y dorado), germinados que hacemos en casa y fermentados caseros también como el chucrut o la kombucha.
P: ¿Algún consejo de rituales y prácticas de mindfulness que se puedan incorporar en la rutina diaria fácilmente?
R: Algunos ya los he comentado antes, pero por ejemplo respecto a la meditación, solemos tenerle mucho miedo porque “no sabemos dejar la mente en blanco” y otras variadas razones. Bueno, pues no tienes que dejarla en blanco ni tienes por qué sentarte en ninguna posición dolorosa o difícil. Tampoco tienes que dedicarle mucho tiempo, con un minuto es más que suficiente.
Estoy seguro que esto te descoloca y resulta difícil de creer, sin embargo, lo podrás comprobar en este vídeo de apenas 5 minutos. Lo vi hace ya muchos años en el idioma original y me pareció tan bueno, tan increíble y simple que decidí que tenía que traducirlo al castellano. Te recomiendo que lo veas para que compruebes que no exagero.
¿Estás preparado para introducir el mindfulness en tu vida diaria? ¿Qué tal si además empiezas también con el “mindful eating”? Desde Olettie te ayudamos con nuestras mezclas de superalimentos 100% ecológicas y sostenibles. No pierdas la oportunidad de visitar nuestra tienda para descubrir la mezcla que más se adapte a ti y de echar un vistazo a las maravillosas recetas de nuestro blog para tener una alimentación plena y saludable.